Por primera vez en 100 años, Puerto Rico contará con un pabellón propio en la Triennale di Milano, en Italia, una de las exposiciones internacionales más importantes dedicadas al diseño y la arquitectura contemporánea.
La edición de 2025 se celebrará desde el 13 de mayo hasta noviembre, bajo el tema Inequalities (Desigualdades), y reunirá a más de 200,000 visitantes de todo el mundo.
El encargado de representar a la isla será el arquitecto y profesor de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Regner Ramos, quien fue invitado por los curadores del evento para presentar su propuesta titulada Cüirtopia.
El proyecto no solo marcará el debut del país en esta plataforma global, sino que también incorporará a un grupo de estudiantes de arquitectura de la UPR, quienes colaborarán con Ramos en el diseño y desarrollo del pabellón.
El arquitecto, quien ha ganado una amplia audiencia en redes sociales por su contenido educativo y creativo sobre arquitectura, así como videos jocosos relacionados a la vida en la isla —y por visibilizar espacios desde una perspectiva cuir—, ha compartido su emoción por este logro a través de su plataforma. Allí ha documentado el proceso que lo llevó a lograr esta invitación, incluyendo las gestiones para asegurar el financiamiento.
El pabellón se titulará “Había una vez y dos son tres feminisitios / Once Upon Three Femisites” y abordará las profundas desigualdades que atraviesa la isla a través del relato de un crimen que estremeció al país: el asesinato de Neulisa “Alexa” Luciano.
La exhibición busca reimaginar los últimos momentos de vida de Alexa, una mujer negra, trans y sin hogar asesinada el 24 de febrero de 2020 en Toa Baja. Su historia se narra a partir de tres espacios claves: un baño de McDonald’s, una carpa a la orilla de la carretera y la red social Facebook. Estos sitios, aparentemente inocuos, se convierten en escenarios de violencia alimentada por la transfobia, el racismo y el odio digital.
La estructura del pabellón se alza levemente sobre el suelo como si flotara en la galería, evocando la ausencia de una escultura marcada en Google Maps en unas coordenadas específicas, donde hoy solo hay un lote vacío con el nombre “Alexa”. Mediante el uso de madera, espejos, tubos de cobre, telas y luces fluorescentes, el espacio recuerda tanto un baño público como una tienda improvisada, elementos centrales en la vida y muerte de Alexa.
Este diseño busca confrontar, a quienes visiten el pabellón, con las múltiples capas de desigualdad que convergen en Puerto Rico: género, raza, identidad queer, salud mental y pobreza. Además, cuestiona cómo los espacios físicos y las plataformas digitales, lejos de ser neutros, pueden convertirse en vehículos de violencia.
A través de una narrativa espacial y sensorial, la instalación no solo honra la memoria de Alexa, sino que exige una reflexión colectiva sobre la responsabilidad que todos compartimos en la creación de espacios seguros e inclusivos. La propuesta de Puerto Rico en la Trienal de Milán no es solo una obra de arte; es una denuncia, una memoria viva y un llamado urgente a la acción.