por Lourdes «LULU» Rivera, quien posee una maestría en Arquitectura y practica la pintura profesionalmente. Además, coordina exposiciones individuales y colectivas.
Y es que todo lo que es poco común y no entendemos, lo denominamos “raro”. Y lo abstracto es “raro”. Tiene también una manifestación, igual que lo que no se ve pero cuya existencia se conoce precisamente por sus manifestaciones. Entonces, es raro para algunos pero no así para todos. Y es raro por lo poco común y corriente que es; y porque no muestra figura alguna, es pura expresión de color básicamente.
Comenzando por la paleta de colores utilizada en una Pintura Abstracta, podemos interpretar o adjudicarle bajo nuestras concepciones y experiencias previas, si la Obra es alegre, triste, misteriosa, de tranquilidad y paz, armoniosa, violenta, etc. Le otorgamos cualidades vivas para poder interpretarla. Será tal vez que su autor ha preferido mantenerse alejado del espectador al elegir plasmar sus emociones, pensamientos, o lo que desea cuando pinta, en un lenguaje poco tangible o a modo de código personal, y así, al permitir dejar abierta la interpretación, más alejado de todos y en su mundo se mantiene protegido. ¿Protegido de qué? ¿De quiénes? De todo el que intente entrar en su territorio. Pero es un doble mensaje, porque al hacerlo misterioso, humanidad al fin, pretenderán más aún conocer los “por qué” del trasfondo en la Obra. Entonces existe también la constante contradicción humana de para quién pintamos los Artistas. Algunos tal vez pintan para otros. Otros necesitamos pintar porque es el desarrollo y evolución de un talento otorgado, una necesidad imperiosa en el desarrollo del ser, una manera de comunicar un pensamiento, otro lenguaje pictórico a través del color y otros materiales, un aliviar o manifestar un fuego interior.
Y así, Obra y Artista tendrá su relación directa y especial con su espectador. ¡Y raro o no, hay para todos!
Obra inicial: Jackson Pollock: Número 31, (1950) El primer exponente del Expresionismo Abstracto, consideraba este proceso como un ritual, donde cada gota de pintura representaba una parte de su psique. La pintura no estaba simplemente aplicada; el “dripping” (o goteo) era una extensión de su ser.
El anterior fue un artículo colaborativo de la artista LULU. Para contactar a Lourdes «LULU» Rivera, puede escribir a lourdesriverarios@yahoo.com, llamar al 787.396.4584 o acceder a sus cuentas en Instagram (@lourdes_rivera_lulu).