El reconocido artista puertorriqueño Antonio Martorell presentó oficialmente, según sus propias palabras, la obra más ambiciosa de su carrera, ahora exhibida de manera permanente en uno de los hoteles mas importantes de Puerto Rico.
Se trata de Carivé, un mural caligrafiado pintado sobre lienzo que evoca el mar, el sol y la arena. Con sus impresionantes dimensiones —50 pies de ancho por 14 pies de alto— esta pieza monumental transforma el vestíbulo que conduce a los salones de Convenciones en un espacio de gran impacto visual y cultural.
La obra se complementa con dos piezas verticales (4 pies de ancho por 14 de alto) creadas mediante grabado en madera: en la parte superior, la impresión sobre tela; en la parte inferior, la plancha original del mismo grabado. Una de las imágenes representa trinitarias en tonos rojos y naranjas sobre un paisaje de montaña y cielo, y la otra dos palmas en tonos nocturnos. El mural está caligrafiado en cuatro idiomas: español, inglés, francés y taíno, lo que refuerza su carácter caribeño, plural y universal.
La obra es una nueva creación inspirada en el texto Carivé, un escrito reflexivo de Martorell sobre el Caribe, redactado en la década de los 1990, en el que el artista convierte “ver” e “ir”, en un mismo verbo conjugable. La caligrafía – ornamental y armónica- recorre el mural, el amanecer desde el extremo izquierdo, hasta el anochecer, hacia la derecha, haciendo de la letra un arte en sí misma.
Entre las obras más destacadas de la colección del hotel El Conquistador, donde está la obra de Martorell, se encuentra Crecimiento con Luz de Carmen Inés Blondet, una serie de 15 esculturas en acero inoxidable (“stainless steel”) y acero corten.
Las obras de Carlos Cancio en este espacio incluyen seis pinturas creadas entre 1986 y 1993, que son a la vez un canto y un homenaje a la vida —particularmente la vida en el Caribe— y se distinguen por un intenso cromatismo: Ópera del Caribe(1986-1989), Fue él (1987) y La vida en el Caribe es un carnaval de colores exóticos” (1993).